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¿Es dolorosa la operación?
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No. La anestesia es tópica (en gotas), pero además, operamos con un anestesista, quien administra una suave sedación para que el paciente se encuentre confortable durante los minutos que dura (unos 25 aproximadamente). Se pueden percibir mínimas molestias como cambios de presión durante el procedimiento.
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¿Se opera con láser?
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En la gran mayoría de los casos no. Lo que sí se emplea siempre en la “facoemulsificación” (nombre técnico de la cirugía) son ultrasonidos.
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¿Cómo se introduce la lente y cómo se sujeta?
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La lente se introduce plegada a través de una incisión menor de 2.75 mm y queda alojada en el saco natural del cristalino, qué está sujeto de forma normal al ojo por unos ligamentos muy finos conocidos como “zónula”.
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¿Se necesitan puntos?
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En la mayoría de los casos las incisiones son tan pequeñas que no requieren puntos de sutura.
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¿Qué tipo de complicaciones pueden existir?
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Las complicaciones, como en cualquier procedimiento, existen, aunque afortunadamente aparecen con muy baja frecuencia. Una de ellas es la incapacidad para retirar todos los restos de cristalino y/o para colocar la lente en el lugar adecuado. En ese caso, según las características del ojo el cirujano tomará la decisión más apropiada. Hay diferentes opciones y algunas incluyen una vitrectomía (cirugía de eliminación del vítreo) o la colocación de lentes en lugares menos habituales, como puede ser sujeta al iris. Aunque ocurre pocas veces, es muy importante contar con un cirujanos experimentado para superar con éxito la situación.
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